
Un espacio pequeño, ya sea una oficina, un estudio o un local, puede mejorar notablemente cuando se emplea un estudio de arquitectura, ya que puede sacar el mejor provecho del lugar, integrando no solo la estructura de construcción, sino también los acabados en un conjunto realmente armónico de tal forma que visualmente su aspecto cambia de inmediato.
Si tu espacio disponible es pequeño, un estudio de arquitectura te puede ayudar a diseñar una reestructuración aumentando el espacio del techo hacia arriba, cambiando pisos, quitando divisiones innecesarias, o convirtiendo paredes en arcos si es necesario. Todo esto es posible siempre que la base estructural lo permita.
Un arquitecto primero realizará un estudio básico para saber si puede realizar estas modificaciones antes de perforar cualquier pared o muro. De allí que tanto la experiencia como el profesionalismo del arquitecto te ayudará a ahorrar mucho dinero realizando únicamente los cambios estructurales que en verdad se puedan utilizar.
La organización es imprescindible porque te ayuda a reducir la cantidad de cosas que existen dentro de un lugar y que pueden hacer ver disminuido incluso un espacio amplio.
En este caso, lo mejor es establecer prioridades eliminando tanto muebles como objetos no esenciales. Debes tener en cuenta que el cerebro suele ser muy perceptivo con respecto a los elementos de un lugar, así que cuantos más de ellos llamen su atención, el espacio parecerá menos amplio. Un mobiliario grande y continuo permitirá guardar objetos en orden, disminuyendo los ruidos visuales. También puedes usar muebles con fondo, de tal forma que puedas aprovechar el espacio en ellos para guardar lo que sea necesario. De esta forma, no tendrás que prescindir de ellos y liberarás visualmente el lugar.
Uno de los puntos a favor de contratar a un estudio de arquitectura, es que los profesionales que trabajan allí están capacitados para tener un pensamiento vertical, en el que los metros cúbicos son realmente aprovechables.
En general, manejamos metros cuadrados, pero en verdad el espacio que utilizamos es tridimensional y, por lo tanto, las dobles alturas son un recurso muy eficaz para aprovechar los espacios sobre todo en lugares bastante altos, en los que construyendo un altillo se puede lograr realmente un punto de amplitud en el lugar y un cambio total, gracias a que se aporta un nuevo lugar utilizable.
Lo mejor es que se puede lograr tanto en habitaciones como en oficinas y locales comerciales, así el pensamiento vertical es en verdad una gran ventaja a utilizar para los profesionales en arquitectura.
Como ves, acondicionar espacios pequeños no se limita solamente a pintar con colores claros, existen muchas más opciones en las que un estudio de arquitectura te puede ayudar.
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